A.Ganuza para la Opinión de Murcia: Acrílicos, magia e identidad Álvaro Peña presenta en el Real Casino de Murcia 'Abracadabra', una colección de 23 piezas que abre una nueva etapa en la trayectoria del pintor Se trata de una muestra cargada de dinamismo que pretende «provocar» al espectador Lo más difícil para los que se dedican al arte –en cualquiera de sus formas– es la firma. Pero no la signatura propiamente dicha de la obra, sino esa asignación casi mágica que se hace entre una pieza y su autor; ese estilo inconfundible, propio, que es un identificador casi tan certero como la impresión del nombre del artista sobre el lienzo. Álvaro Peña inaugura en el Real Casino de Murcia su nueva colección, Abracadabra, y aunque no se refiera con el título a ese vínculo entre identidad y voz pintada que se describe en el primer párrafo de este texto –sino a la comunicación de las obras con el espectador–, no hay duda de que el pintor murciano ha logrado esa firma, ese yo
ĹA POETICA DEL SIGNO de Pedro Manzano Fue el crítico Michel Tapié quién etiquetó por primera vez el Informalismo. Una denominación introducida en 1951 con motivo de las exposiciones Véhémences Confrontées y Signifiants de L´informel, que permitiría designar a un grupo de pintores europeos y americanos: Riopelle, Fautrier, Dubuffet, Wols, Tápies, Pollock, Hartung o Guinovart…, entre otros, dotándolos de un nexo aglutinador. Un término complejo que integra ciertas ideas: el gusto por la materia, el trazo gestual, la búsqueda del sentido de lo espacial, la valoración del azar y la improvisación. Sin que resulten necesariamente excluyentes las referencias al mundo real o a la figuración. El Informalismo valora, sobre todo, la personalidad del artista y su posicionamiento en referencia a las técnicas y materiales empleados. Aquellos logros del Informalismo han pervivido y mutado en la obra de un buen número de creadores. Y desde luego han sobrepasado ampliamente el siglo X